Agridulce: cuando lo sano deja de ser sano
¿Sabías que el azúcar es la pandemia silenciosa del siglo XXI? Lo cierto es que cuesta renunciar a su presencia, a su toque en el café o a esa golosina que tan bien te hace sentir. Incluso si lograras esquivar todo lo dulce seguirías teniendo el mismo problema porque el azúcar es un enemigo oculto que está en todas partes, o mejor dicho: está en todo lo que queda fuera.
Según las últimas actualizaciones sanitarias emitidas por la Organización Mundial de la Salud, sólo el 5% de la ingesta calórica total diaria de una persona debería provenir de azúcares libres o agregados, distintos a los que contienen naturalmente frutas y verduras. Eso equivale a unos 25 gramos de azúcar por día o dicho más fácil, 6 cucharadas.
Para cumplir con la nueva recomendación de la OMS, el ciudadano promedio debería reducir su consumo de azúcar en dos terceras partes.
Según algunos estudios, el consumo de azúcar per cápita incrementó tanto que hoy muchos llegarían a superar los 50 kilogramos de azúcar por año. Lo que la mayoría no sabe, es que el azúcar está presente en muchísimos alimentos más de lo que imaginás.
Algunos ejemplos que sirven para ilustrar estas afirmaciones:
– Ketchup 25,5 g por porción
– Puré de tomate 1,4 g por porción
– Yogurt 17,4g
– Lata de gaseosa 36,3 g
– Helado de máquina 29g
– Chocolatada 11,61 g por porción
*Los valores pueden cambiar según la marca del producto.
iWow! Así de rápido se supera el límite de consumo diario recomendado y ni siquiera comiste una buena porción de torta.
La realidad es que no hace falta ni comida basura, ni chocolate, ni helados, ni golosinas, ni ningún manjar pastelero. La presencia de azúcares añadidos se encuentra en el 80% de los productos alimenticios, incluso en algunos etiquetados como “sanos”.
Esa dulce película
Damon Gameau es un actor australiano que decidió llevar a cabo un experimento un poco extremo para denunciar la relación directa que existe entre el azúcar “escondido” que se encuentra en la mayoría de nuestros alimentos y la obesidad y otros problemas típicos de estos tiempos.
En su película ‘That Sugar Film’, Gameau se pasó 60 días manteniendo su aporte calórico habitual a base de yogures bajos en grasa, cereales, jugos de fruta y todo ese tipo de productos que la publicidad presenta como “saludables”, “ligeros” o para “cuidar la figura”. Ese tipo de cosas que buscás en el súper cuando tomás la decisión de cuidar lo que comés.
El resultado del experimento: el actor vio aumentar su perímetro de cintura, ganó peso (3 kilos en los primeros 12 días), desarrolló hiperglucemia e incluso hígado graso. Pero no sólo eso, los efectos fueron más allá de lo estrictamente físico y se notaron cambios en sus capacidades cognitivas, su humor y su capacidad de concentración.
Sí, al parecer reducir la ingesta de azúcar no es una recomendación de la OMS que debas ignorar. Y lo mejor que podés hacer para empezar a cuidarte más es conocer bien lo que comés, por eso, al estilo de la peli, desenmascaremos ese dulce enemigo oculto.
Cómo identificar los alimentos que llevan azúcar oculto
– En las etiquetas se encuentran muchos sinónimos de la palabra “azúcar” que debés saber identificar como por ejemplo: glucosa. sacarosa, fructosa, jarabe de maíz, miel de caña, dextrosa, maltosa, sucrosa, concentrados de zumos de frutas, jugo de caña, azúcar moreno, azúcar invertida, etc.
– Una manera fácil de determinar si un alimento tiene gran cantidad de azúcar es comprobando si tiene más de 15 g de azúcar por cada 100g de producto. Si la respuesta es SÍ, estás ante un producto altamente azucarado.
– Cuidado con los alimentos con 0% de materia grasa porque tienen mucho azúcar añadido para potenciar su sabor. Esto hace que estos productos 0% sean menos calóricos que los normales pero más perjudiciales porque provocan grandes picos de insulina que a la larga acabarán derivando en enfermedades como la diabetes, obesidad, entre otras.
– Al leer la información sobre el azúcar en cada porción tené en cuenta:
4 gramos de azúcar = 1 cucharadita
1 gramo de azúcar = 4 calorías
Ahora es momento de actuar y poner en práctica lo que leíste hasta acá. Ser más consciente de lo que comés y de lo que tomás te ayudará a llevar una vida sana, una rutina saludable y sobre todo, a sentirte bien con vos mismo. El cambio no requiere de grandes esfuerzos, sino de construir hábitos constantes, sensatos y responsables para cuidar lo que te acompaña toda la vida: tu cuerpo.
Autor: Romina Garraza, Fecha: 11 agosto, 2022